El Gobierno de la Generalitat de Cataluña, mediante los departamentos de Empresa y Trabajo y de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural, abrirá una línea de ayudas de 8 millones de euros para el despliegue de comunidades energéticas dentro de cooperativas de consumo, sean de nueva creación o ya existentes. Así lo han anunciado el conseller de Empresa y Trabajo, Roger Torrent y Ramió, y la consellera de Acción Climática, Alimentación y Agenda Rural, Teresa Jordà y Roura, en una visita a la Comunidad Energética Local de Caldes de Montbui. De este modo, Cataluña fomenta las comunidades energéticas.
Acelerar la transición energética
Esta medida tiene como objetivos acelerar el proceso de transición energética y estimular la actividad económica a nivel cooperativo. Las comunidades energéticas son agrupaciones de gente que promueven una instalación de energías renovables para generar su propia energía, y que deciden cómo gestionar los excedentes. Esta instalación suele ser de pequeña o mediana dimensión y se ubica en el entorno más cercano de los promotores. De este modo se contribuye a un modelo de generación distribuida en el territorio y con un impacto mucho menor en el medio.
El consejero Torrent ha destacado que «el objetivo de esta iniciativa es fomentar las comunidades energéticas impulsadas desde la economía social y solidaria, arraigadas en el mundo local, para que controlen la generación, la red y la venta de energía limpia» . Asimismo, ha subrayado que con Solarcoop se busca «impulsar un modelo democrático, participativo e inclusivo, adaptándose a las características de los territorios, y reduciendo el coste de la energía así como el uso de combustibles fósiles» .
La potenciación de esta figura a través de la economía social y cooperativa permite la participación de la ciudadanía en el modelo energético. También contribuye a que las energías renovables se conviertan en actividad económica que revierta en el territorio. De hecho, la posibilidad de constituir comunidades energéticas en el seno de cooperativas les abre la puerta a una nueva oportunidad de negocio en el marco de la transición energética. Permite desplegar una cartera de servicios asociados a la generación de energía renovable, a la eficiencia energética y la movilidad sostenible.
Línea de ayudas SolarCoop
La línea SolarCoop subvencionará con un máximo de 80.000 euros todas aquellas tareas relacionadas tanto con la definición del modelo de gestión y funcionamiento de la comunidad energética como con el diseño y creación de los espacios asamblearios, de los procesos, de las líneas estratégicas y del entorno jurídico adecuado para cada proyecto. La gestión de la línea irá a cargo del Instituto Catalán de Energía (ICAEN).
Podrán optar a estas ayudas aquellas asociaciones o cooperativas de consumo que en sus objetivos hayan incluido la creación de actividad económica. Eso si, preferentemente en territorios en despoblamiento. Estas cooperativas tendrán que tener como personas socias a personas físicas, pymes, entidades sin finalidad de lucro o ente de la administración local del municipio. Además, una mayoría de las personas socias tendrán que ser personas físicas, o tendrán que contar con el apoyo del ayuntamiento donde se establezcan. Con esta medida, Cataluña fomenta las comunidades energéticas.
Transición hacia un modelo energético más participativo
Las comunidades energéticas son una de las fórmulas que debe permitir la transición hacia un nuevo modelo energético más limpio, sostenible, democrático y justo. Son una herramienta fundamental para facilitar la participación activa de la ciudadanía, de las PYMES y de la administración local en el ámbito de la energía. Un objetivo de la transición energética que promueve el Gobierno de Cataluña es que las personas puedan generar, consumir y gestionar su propia energía de origen renovable.
Hasta el momento, el Gobierno ya había aprobado medidas para facilitar e incentivar la constitución de comunidades energéticas: ha aprobado que las comunidades energéticas locales sean declaradas de interés territorial estratégico, de modo que tengan prioridad en su tramitación; ha posibilitado la instalación de pequeñas plantas de energías renovables, de hasta 5 MW, en suelo urbanizable que esté planificado, pero no desarrollado; ha simplificado la tramitación de instalaciones de autoconsumo sobre cubiertas; ha habilitado líneas de ayudas para las instalaciones de autoconsumo por valor de 230 millones de euros, con recursos de los Fondos Europeos Next Generation, y ha impulsado la creación de la Red de Oficinas Comarcales para la Transición Energética, que entre otras tareas deben identificar y asesorar iniciativas de nuevas comunidades energéticas.