Según la definición de la ONU el Cambio Climático es un proceso natural en el que la temperatura, las precipitaciones, el viento y otros elementos varían durante décadas o incluso más tiempo. Durante millones de años, el planeta Tierra ha sido más cálido y más frío de lo que lo es ahora. No obstante, en la actualidad estamos experimentando un rápido calentamiento sin precedentes debido a la actividad humana, principalmente por la quema de combustibles fósiles que generan emisiones de gases de efecto invernadero.
La comunidad científica coincide en señalar que el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero procedentes de la actividad humana incrementan la capacidad de la atmósfera terrestre para retener calor, dando lugar al fenómeno del calentamiento global, atrapando el calor del sol y elevando las temperaturas.
El Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico del Gobierno de España coincide en señalar que el actual cambio climático está ocurriendo muy rápidamente, lo que hace muy difícil, tanto para la naturaleza como para las sociedades humanas, adaptarse a las nuevas condiciones.
La ONU señala que el dióxido de carbono y el metano son los principales compuestos que provocan emisiones de gases de efecto invernadero que inducen el cambio climático en el planeta Tierra. Los sectores de la energía, la industria, la agricultura y la eliminación de residuos son algunos de los principales emisores de gases de efecto invernadero.
El cambio climático ya es una realidad que se expresa en todo el planeta Tierra a través del ascenso de las temperaturas medias, la subida del nivel del mar, el deshielo en el Ártico o el aumento de los eventos extremos.
Según asegura el Ministerio de Transición Ecológica y el Reto Demográfico del Gobierno de España el cambio del clima adquiere rasgos específicos en diferentes zonas del planeta, pero en el territorio español se han observado las siguientes modificaciones:
- El alargamiento de los veranos, estimado por AEMET en casi cinco semanas desde los años 70 del siglo pasado.
- La disminución de los caudales medios de los ríos, en algunos casos más del 20% en las últimas décadas.
- La expansión del clima de tipo semiárido, con más de 30.000 km2 de nuevos territorios semiáridos en unas pocas décadas.
- El incremento de las olas de calor, cada vez más frecuentes, más largas y más intensas.
Pero, ¿qué respuestas poder plantear frente al cambio climático? Las respuestas de la sociedad humana para hacer frente al cambio climático se han agrupado tradicionalmente en dos grandes categorías: la mitigación y la adaptación.
La mitigación agrupa al conjunto de estrategias orientadas a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero provenientes de la actividad humana, que alimentan el cambio climático.
La adaptación agrupa las estrategias orientadas a evitar o limitar los riesgos derivados del cambio climático, buscando un mejor ajuste a las condiciones climáticas actuales y futuras.
A pesar de ser estrategias diferentes, mitigación y adaptación deben ser claramente complementarias: sin mitigación, nuestra capacidad adaptativa se verá rápidamente desbordada por un clima en cambio acelerado. Por otra parte, una adaptación que no sea “baja en carbono” carece de sentido, ya que alimenta el cambio cuyos efectos se desean evitar.
El cambio climático es un fenómeno global que afecta al conjunto del planeta. Por ello, es necesario actuar de forma concertada a escala internacional. En 1992, países de todo el mundo adoptaron un gran acuerdo con el objetivo de “evitar interferencias peligrosas en el sistema climático”: es la denominada “Convención Marco de Nacionales Unidas sobre Cambio Climático”.
Durante las décadas posteriores, sus firmantes se embarcaron en unas negociaciones largas y complejas dirigidas a concretar objetivos y compromisos específicos para lograr los objetivos últimos establecidos. Las decisiones relativas a la convención se toman en las conferencias conocidas por sus siglas en inglés: COPs. Las COPs, máxima autoridad del tratado, se han ido numerando de forma correlativa: la COP1 se celebró en 1995 en Berlín y, desde entonces, se han organizado casi siempre con una periodicidad anual… hasta llegar a la COP27 que se celebrará en Egipto en noviembre de 2022.
La COP21, celebrada en París en 2015, marcó un hito ya que en ella se alcanzó un gran acuerdo, centrado en tres grandes objetivos:
- Mantener el aumento global de la temperatura por debajo de los 2°C, prosiguiendo los esfuerzos para limitarlo únicamente a 1,5°C.
- Aumentar la capacidad de adaptación a los efectos adversos del cambio climático, promoviendo un desarrollo con bajas emisiones de gases de efecto invernadero.
- Orientar los flujos financieros para lograr un desarrollo resiliente al clima y de bajas emisiones.